sábado, 29 de junio de 2013

Los perros y la Revolución

Sorprende, en la novela "El hombre que amaba a los perros", del cubano Leonardo Padura, el rol que asigna  en la trama a estos animales. Es Maya, la perra de Trotsky, Churro, el perro de Ramon Mercader, los galgos Ix y Dax, cuando Mercader se presenta con nombre falso. Los perros, son, pienso, la manera de mostrar una cierta ternura escondida en estos varones que no vacilan en matar.
La novela de Padura es un fascinante análisis histórico de la Revolucion Rusa, pero tambien refleja la evolucion hacia la decadencia de la Revolución Cubana. Aprovecho para decir que no me gustan las criticas vulgares hacia Cuba. A qué llamo vulgares? A las que ignoran los procesos por los que atravesó Cuba desde 1898, a las que ignoran la injusticia del bloqueo norteamericano, pero tambié n a las que no asumen que la URSS se valio de la debilidad de la isla para usarla como pica de lanza contra el imperialismo.
Padura es un gran  novelista, sabe contar, armar tramas, delinear climas. Y tiene la gran virtud del novelista que arma historias con la historia : el lector termina no sabiendo bien qué es lo que ha salido de la imaginaión del autor y qué no.
Leyendo la entrevista de Juan Cruz a Antonio Muñoz Molina,
 (ADN, 28/6/13) vemos un ideario comun: compromiso de dos hombres totales, novelistas antes que nada. Los dos (los tres, porque Juan Cruz también ha escrito sobre su tiempo desde la ficción) saben que vivir a espaldas de ciertos procesos históricos les impediría realizarse desde su conciencia. Esta es una elección, sin duda, pero la novela, esa gran construcción burguesa, arrastra casi siempre los datos de una realidad sociohistorica que no se puede eludir.
Recomiendo la lectura de "El hombre que amaba a los perros". Con un libro de historia al lado, para no perder nada de la densidad  del siglo XX.
Y anoto esta frase "... Un hombre apenas armado con su fe encuentra un pedazo de roca y se lo lleva a los labios."